viernes, 15 de agosto de 2008

Leonas funambilustas

Campamento Twiga, PN del Lago Manyara

Además de los bosques que bordean parte del lago, el PN de Manyara tiene una zona de pradera rala (bien recortadita por ñus, cebras y otros herbívoros) y otra de sabana, todo ello al pie de la escarpadura del Valle del Rift.


Mamá elefanta con su bebé

El día de hoy tuvo un grandioso comienzo matutino (que eclipsó la visión de una mamá elefanta con su bebecito que se nos aparecieron apenas entramos al parque) con la visita a la charca de los hipopótamos: un estanque donde cientos de cigüeñas de pico amarillo, (distintas a las nuestras), marabúes, gansos egipcios, algunos cormoranes e ibis de varias clases comparten su espacio con un par de docenas de hipopótamos (monísimos bebés incluidos) y con las cebras y ñus que se acercan a beber. La explosión de vida es tal que realmente no se sabe a donde mirar. Además, tuvimos la suerte de llegar cuando no había un alma y Emillian nos llevó (a pie, porque se podía bajar del coche) casi hasta la misma orilla, más allá de la barrera, saltándose un poquillo las normas, aprovechando la ausencia de testigos. Lamenté profundamente no tener teleobjetivo.


La charca de los hipopótamos, aunque la foto no le hace justicia ni de broma.

Desgraciadamente, aquello empezó a llenarse de peña pronto, así que ahuecamos a recorrer los caminos hasta la hora de comer. Además de los animales que ya habíamos visto (¡que enseguida se acostumbra uno!) pudimos contemplar una mamá facóquero hozando en el barro con su cría, un grupo de dos machos y tres hembras de avestruz, enormes bandadas de cálaos de varias clases, un par de pájaros preciosos cuyo nombre no recuerdo y un enorme buho en una ladera... que resultó ser un babuíno :-D


La señora de Pumba y su hijo.

La comida (de pic-nic) la hicimos bajo una enorme acacia en un mirador que domina todo el lago (vistas impresionantes) y al que van abundantes pájaros de alas verdeazul tornasolado y pecho color teja, que se llaman algo parecido a “Stalin”. Mañana averiguaré su nombre :-)


El nombre es “superb starling”, “estornino soberbio" en español.

El merendero, coronado por un inmenso baobab, está en un sitio verdaderamente espectacular que tiene, en mi opinión, un único defecto: está lleno de gente, como era de esperar.


Iba a deciros que a ver quién encuentra los elefantes, pero no los iba a encontrar nadie, así que os los he marcado.

La guinda del paste la pusieron las estrellas del parque: dos leonas trepadoras de Manyara, que tuvimos la suerte de ver, o mejor dicho, intuir, entre las lianas que cubrían las ramas del árbol en el que se estaban echando la siesta tan ricamente, sin duda con el buche bien lleno de rico ñu o similar. ¡Y sólo las tuvimos que compartir con otros 10 Land Rovers, aproximadamente! Es lo que tiene que los conductores se avisen por radio de los “grandes avistamientos”

Mañana por la mañana partimos hacia el Serengeti, vía Garganta de Olduvai, la cuna de la Humanidad, donde hace algo más de un par de millones de años los primeros australopitecus empezaron a soñar con ser humanos.

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