Son las 7.40 de la mañana y llevo una hora despierta. El calor de horno que hace en casa de Ambalavanan y la cama dura como una piedra que ahora mismo tortura mis posaderas no animan precisamente a hacerse la remolona.
Ayer nos despedimos de Karaikal y del mar ya definitivamente. Por la mañana hicimos un par de visitas y después de comer, carretera que te crió. Me ha dado pena dejar Karaikal, con su tranquilidad, sus canales, su brisa del mar y su naturaleza. En Tiruchy, aunque no tienes la sensación de estar en una ciudad tal y como la entendemos nosotros, tampoco tienes mucha oportunidad de ver plantas y animales, pero Karaikal es un distrito rural y he podido ver de todo. Además de la habitual fauna doméstica de cabras de diversos tamaños y colores, vacas, gallinas y cerdos (en la que incluyo los búfalos y otros bichejos menos agradables, como las cucarachas tamaño goma Milán nata, las escolopendras gigantes, las salamanquesas que, al caer la noche empiezan su escabechina de mosquitos y otros insectos en las proximidades del tubo de neón y unas hormigas minúsculas que, por alguna razón, gozan alimentándose de los dedos de mis pies), he tenido la oportunidad de ver elefantes, ardillas grandes y pequeñas correteando por los árboles y saliendo escopetadas de las cunetas al paso del auto, decenas de monos jugando entre las ramas de los banianos y alborotando con gran griterío, jabalinas con sus jabatos, la veloz sombra pálida de una mangosta, un par de camaleones, diminutos y pálidos cangrejos casi transparentes que habitan en agujeros excavados en la arena y mariposas como la palma de la mano de un niño. Pero lo que más hay es aves: desde los omnipresentes cuervos negros de pecho pardo y enorme pico recto y afilado, hasta los pavos reales (el pájaro nacional de la India) que viven en el bosque en total libertad, pasando por águilas pescadoras que planean sobre las marismas y se lanzan sobre su presa, igual que los martines pescadores, que atraviesan la superficie del agua como flechas verde mar. También he visto palomas enormes, pájaros mina caminando a saltitos y un sinfín de rapaces, aves marinas y otros pájaros que no podría identificar. Cuando anochece y al amanecer, las copas los árboles se llenan de un coro de voces que, salvo las de los pavos reales, no he oído nunca y me hacen sentirme, con solo cerrar los ojos, como si estuviera en la peli La selva esmeralda.
Karaikal y Tiruchy son muy diferentes y no me refiero al hecho evidente de que el primero sea un distrito rural y la segunda una ciudad, sino a las personas del proyecto, a la comunidad beneficiaria. En las aldeas de Karaikal las casas son más grandes (tienen más espacio para construir que en la ciudad), hay árboles y flores, campos de cultivo y menos suciedad y en algunas se ve el mar (cosa que a veces te produce un destello de miedo cuando lo intuyes entre las palmas por el rabillo del ojo y lo imaginas retirándose a toda velocidad para abatirse con furia sobre las casas). La brisa alivia el calor y las vacas y las cabras comen hierbas, plantas y cortezas de los árboles, no despojos de las casas amontonados por las esquinas, pero en realidad, todo esto es un espejismo, porque en las aldeas de Karaikal la pobreza es mucho más grande que en los suburbios de Tiruchy. Y no me refiero sólo a la pobreza material. En estas aldeas todavía son mayoría las mujeres que viven cerradas en sus casas, sin salir más que lo imprescindible para realizar las labores de la casa; muchas de las que piden crédito lo hacen para financiar o mejorar los negocios de sus hijos adultos o de sus maridos, echándose a las espaldas una deuda que no va a repercutir en su bienestar, porque en la mayoría de ellas no gestionan el dinero de su familia (ayer hablé con una que había pedido un crédito para mejorar el taller de su marido que, ni corto ni perezoso, se había comprado una moto con los beneficios obtenidos de la mejora). Los hombres, o la mayoría, siguen sin implicarse en las labores comunitarias y familiares y en las entrevistas, a menudo se sientan junto a sus mujeres para supervisar lo que dicen… en el caso de que las dejen hablar y no respondan por ellas directamente. También se ven niños jugando por las calles en horas lectivas, o cargando agua, o cuidando del ganado. Se nota que, en los dos años que lleva el proyecto, se ha tenido que emplear demasiado tiempo y esfuerzo en mitigar, o al menos intentarlo, los efectos del tsunami y que el trabajo de desarrollo va mucho más lento que en Tiruchy.
Sin embargo, ayer me entrevisté con Bavani, que tiene 18 años, vive con sus padres y por las mañanas da clases para otra ONG por 500 Rs al mes (unos 10 €). Bavani y otras chicas de la aldea, un reasentamiento post tsunami de casas clónicas y muy pequeñas, han formado un grupo de ahorro en el que ninguna supera los 24 años. Sonríe mucho y se esfuerza por contestar en inglés todo lo que puede, no le gusta no poder comunicarse directamente conmigo. Me cuenta que en el grupo no están haciendo actividades que no sean de ahorro, pero que van a organizar una campaña de presión para conseguir que les asfalten las calles de la aldea, que ahora mismo son de tierra apelmazada. Le preguntamos si discuten los problemas familiares entre ellas y si intentan buscar soluciones. Se enfada y nos dice que cuando lo intentan les dicen que se metan en sus asuntos y no las toman en serio porque son muy jóvenes, pero que no se piensa rendir, porque eso de ser tan jóvenes se les pasa pronto.
Empieza a oler a dosas, me voy a desayunar.
PD1: A partir de ahora, escribiré también la crónica del blog de IND (www.implicadas.blogspot.com), que será en gallego, pero os recomiendo que no os perdáis la crónica-resumen del Vanakkam que escribió Susana, es preciosa y refleja muy bien lo que ha sido el programa. ¡A lo mejor para el año que viene os animáis alguno a participar!
PD2: Tenías razón, Cris, ya me he ventilado el cuarto y ahora no tengo qué leer. Si me surge la oportunidad, hoy mismo me compraré el quinto en inglés, a ver si con eso aguanto hasta el final, aunque creo que aprovecharé para pillar el séptimo, que me saldrá más barato que en España. ¡Estoy deseando compartir impresiones con vosotros!
PD3: Muchas gracias a los que me dejáis vuestros comentarios, me gusta mucho leerlos, porque de lo contrario me da la sensación de que no escribo para nadie... ¡y me levanto a las 7 para hacerlo!
Ayer nos despedimos de Karaikal y del mar ya definitivamente. Por la mañana hicimos un par de visitas y después de comer, carretera que te crió. Me ha dado pena dejar Karaikal, con su tranquilidad, sus canales, su brisa del mar y su naturaleza. En Tiruchy, aunque no tienes la sensación de estar en una ciudad tal y como la entendemos nosotros, tampoco tienes mucha oportunidad de ver plantas y animales, pero Karaikal es un distrito rural y he podido ver de todo. Además de la habitual fauna doméstica de cabras de diversos tamaños y colores, vacas, gallinas y cerdos (en la que incluyo los búfalos y otros bichejos menos agradables, como las cucarachas tamaño goma Milán nata, las escolopendras gigantes, las salamanquesas que, al caer la noche empiezan su escabechina de mosquitos y otros insectos en las proximidades del tubo de neón y unas hormigas minúsculas que, por alguna razón, gozan alimentándose de los dedos de mis pies), he tenido la oportunidad de ver elefantes, ardillas grandes y pequeñas correteando por los árboles y saliendo escopetadas de las cunetas al paso del auto, decenas de monos jugando entre las ramas de los banianos y alborotando con gran griterío, jabalinas con sus jabatos, la veloz sombra pálida de una mangosta, un par de camaleones, diminutos y pálidos cangrejos casi transparentes que habitan en agujeros excavados en la arena y mariposas como la palma de la mano de un niño. Pero lo que más hay es aves: desde los omnipresentes cuervos negros de pecho pardo y enorme pico recto y afilado, hasta los pavos reales (el pájaro nacional de la India) que viven en el bosque en total libertad, pasando por águilas pescadoras que planean sobre las marismas y se lanzan sobre su presa, igual que los martines pescadores, que atraviesan la superficie del agua como flechas verde mar. También he visto palomas enormes, pájaros mina caminando a saltitos y un sinfín de rapaces, aves marinas y otros pájaros que no podría identificar. Cuando anochece y al amanecer, las copas los árboles se llenan de un coro de voces que, salvo las de los pavos reales, no he oído nunca y me hacen sentirme, con solo cerrar los ojos, como si estuviera en la peli La selva esmeralda.
Aunque lleven generaciones y generaciones al servicio de los humanos, los búfalos, que a mí me parecen tan exóticos, conservan en la mirada ese algo de animal salvaje que te deja claro que no se andan con coñas.
Karaikal y Tiruchy son muy diferentes y no me refiero al hecho evidente de que el primero sea un distrito rural y la segunda una ciudad, sino a las personas del proyecto, a la comunidad beneficiaria. En las aldeas de Karaikal las casas son más grandes (tienen más espacio para construir que en la ciudad), hay árboles y flores, campos de cultivo y menos suciedad y en algunas se ve el mar (cosa que a veces te produce un destello de miedo cuando lo intuyes entre las palmas por el rabillo del ojo y lo imaginas retirándose a toda velocidad para abatirse con furia sobre las casas). La brisa alivia el calor y las vacas y las cabras comen hierbas, plantas y cortezas de los árboles, no despojos de las casas amontonados por las esquinas, pero en realidad, todo esto es un espejismo, porque en las aldeas de Karaikal la pobreza es mucho más grande que en los suburbios de Tiruchy. Y no me refiero sólo a la pobreza material. En estas aldeas todavía son mayoría las mujeres que viven cerradas en sus casas, sin salir más que lo imprescindible para realizar las labores de la casa; muchas de las que piden crédito lo hacen para financiar o mejorar los negocios de sus hijos adultos o de sus maridos, echándose a las espaldas una deuda que no va a repercutir en su bienestar, porque en la mayoría de ellas no gestionan el dinero de su familia (ayer hablé con una que había pedido un crédito para mejorar el taller de su marido que, ni corto ni perezoso, se había comprado una moto con los beneficios obtenidos de la mejora). Los hombres, o la mayoría, siguen sin implicarse en las labores comunitarias y familiares y en las entrevistas, a menudo se sientan junto a sus mujeres para supervisar lo que dicen… en el caso de que las dejen hablar y no respondan por ellas directamente. También se ven niños jugando por las calles en horas lectivas, o cargando agua, o cuidando del ganado. Se nota que, en los dos años que lleva el proyecto, se ha tenido que emplear demasiado tiempo y esfuerzo en mitigar, o al menos intentarlo, los efectos del tsunami y que el trabajo de desarrollo va mucho más lento que en Tiruchy.
Este niño, que debería estar en clase, aparentemente tiene claro que de mayor quiere ser estrella de cine. ¿Para qué va a ir al cole?
Sin embargo, ayer me entrevisté con Bavani, que tiene 18 años, vive con sus padres y por las mañanas da clases para otra ONG por 500 Rs al mes (unos 10 €). Bavani y otras chicas de la aldea, un reasentamiento post tsunami de casas clónicas y muy pequeñas, han formado un grupo de ahorro en el que ninguna supera los 24 años. Sonríe mucho y se esfuerza por contestar en inglés todo lo que puede, no le gusta no poder comunicarse directamente conmigo. Me cuenta que en el grupo no están haciendo actividades que no sean de ahorro, pero que van a organizar una campaña de presión para conseguir que les asfalten las calles de la aldea, que ahora mismo son de tierra apelmazada. Le preguntamos si discuten los problemas familiares entre ellas y si intentan buscar soluciones. Se enfada y nos dice que cuando lo intentan les dicen que se metan en sus asuntos y no las toman en serio porque son muy jóvenes, pero que no se piensa rendir, porque eso de ser tan jóvenes se les pasa pronto.
Empieza a oler a dosas, me voy a desayunar.
PD1: A partir de ahora, escribiré también la crónica del blog de IND (www.implicadas.blogspot.com), que será en gallego, pero os recomiendo que no os perdáis la crónica-resumen del Vanakkam que escribió Susana, es preciosa y refleja muy bien lo que ha sido el programa. ¡A lo mejor para el año que viene os animáis alguno a participar!
PD2: Tenías razón, Cris, ya me he ventilado el cuarto y ahora no tengo qué leer. Si me surge la oportunidad, hoy mismo me compraré el quinto en inglés, a ver si con eso aguanto hasta el final, aunque creo que aprovecharé para pillar el séptimo, que me saldrá más barato que en España. ¡Estoy deseando compartir impresiones con vosotros!
PD3: Muchas gracias a los que me dejáis vuestros comentarios, me gusta mucho leerlos, porque de lo contrario me da la sensación de que no escribo para nadie... ¡y me levanto a las 7 para hacerlo!
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ResponderEliminares que escribir lo que escribes cuando aún no han puesto las calles es un acto heróico, Blanca... madre mía...
admiro mucho vuestra labor (y tu fuerza de voluntad mañanera para poder contárnoslo). muchos abrazos para todo el grupo.
tanto pájaro me ha puesto nervioso, telita...
pero me voy con el irresistible olor de las gomas Milán nata a la cama en este lado del mundo
muchos besos y a seguir bien
Rafa
Jo, cuántos nombres de animales te sabes, pareces Félix Rodríguez de la Fuente :-D Yo vi este verano por primera vez una salamanquesa, y eso gracias a que me las señaló mi hijastro biólogo, subiendo por las paredes de Torralba.
ResponderEliminarBesos,
Tina
Cris se acaba de escandalizar con el hecho de que te vayas a leer el septimo.
ResponderEliminarDice:
¡Ni se le ocurra leer el septimo antes que el quinto y el sexto que no se va a enterar de nada!
Asi que dentro de nada, cuando salga de trabajar espera su comentario amenazador. Porque Harry Potter... se lo toma muy en serio
Un besito prima!!!
Cuidate por esos lares!
Ando imprimiendo cuando tienes entradas nuevas para darselo a tus padres :)
Monica
holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminartanto como amenazador... no exageremos, pero vamos, que Moni tiene razón, ni se te ocurra leerte el septimo antes que el 5 y el 6!! porque son vitales para entender el septimo, sobre todo el sexto, y si te lo compras te van a entrar tentanciones de leertelo, que solo te quedan unos dias para volver!!!
cuidate mucho eh?? si que te leo, pero es que tengo un horario que vaya tela, yaa te contare xD
mil besos!!!!
Cris