Las 7.17 y ya empieza a no estarse bien en la azotea, aunque la alternativa (el horno que es nuestra habitación en casa de Ambal y Manimekalai) es, desde luego, mucho peor. Dentro de un rato entraré a ducharme y a tomarme unos tonopanes porque me temo que se avecina jaqueca, pero antes quiero aprovechar para contaros algo de mi nueva función de reportera más dicharachera de Barrio Sésamo. No sé si había mencionado ya que el proyecto de Tiruchy está a punto de cerrarse: quedan solo unas semanas para terminar la transferencia de las actividades a la comunidad, que se ha organizado en Consejos de Suburbio y Federaciones de Grupos de Ahorro y, por lo que parece, está funcionando muy bien. Muchísima gente se ha apuntado al voluntariado y no nos cabe la menor duda de que las cosas van a seguir su camino hacia el desarrollo. Ahora empezaremos nuevos proyectos en la zona: uno por la erradicación del infanticidio femenino en Salem y otro de desarrollo en toda una franja de pobreza entre Tiruchy y Karaikal, con una población beneficiaria de 32.000 personas, aunque para este la Xunta nos ha negado la financiación y ya nos estamos volviendo locas, a ver de dónde sacamos 60.000 € para sacarlo adelante. Pero bueno, estoy divagando. Como decía, se cierra el proyecto de Tiruchy, que ha sido muy especial para IND, porque ha sido el más grande hasta ahora y con el que hemos establecido unos lazos muy especiales con Tamil Nadu, así que hemos decidido dedicarle el año que viene (nuestros años los dictan los plazos de los proyectos y empiezan en otoño, como el curso): la agenda solidaria, que ya va a por su cuarta edición y muchas actividades estarán centradas en lo que ha sido nuestro proyecto más ambicioso hasta ahora y, por supuesto, el Implícate, la noche de música y palabra solidaria que celebramos cada mes de diciembre desde hace 3 años. Para los que no hayáis ido nunca, en el Implícate (denominado por mí “el eventaso”) se mezcla música con danza, poesía y teatro o cabaret, intercalando pequeños vídeos sobre el tema al que esté dedicado cada año (el año pasado, al microcrédito, por ejemplo). Los artistas participan de manera totalmente desinteresada (gente como Mercedes Peón, Uxía Xenlle, Manolo Rivas, Deluxe, Rosa Cedrón…), ponemos mesas para vender productos de comercio justo y merchandising de la organización y todo lo que se recauda es para financiar los proyectos. En fin, vuelvo a divagar.
El caso es que, como este año se va a dedicar al proyecto de Tiruchy, me ha tocado recoger el testigo de Tito y Marcos y ponerme a grabar imágenes de los suburbios, las actividades de la comunidad y una serie de entrevistas con personas que representen cada una de las actividades que se han desarrollado en el proyecto: clases de apoyo, alfabetización, grupos de ahorro, voluntariado sanitario y de género, programa de generación de ingresos… y, por supuesto, también al personal. Ayer estuve en dos suburbios, entrevistando a 5 personas y, aunque la mitad del tiempo no me enteraba mucho de lo que estaba pasando porque en la comunidad es raro encontrar un par de personas que chapurreen inglés, me lo pasé muy bien, porque hubo muchas risas y momentos muy bonitos, como por ejemplo cuando Ameetha Banu, una mujer con el pelo ya completamente blanco, me dijo casi con lágrimas en los ojos que le daba mucha pena que se acabara el proyecto porque para ella el personal de PDI era ya como de su familia y que los iba a echar mucho de menos. O también cuando Muthammal, que cuando empezó el proyecto no sabía ni escribir su nombre, nos contó que quería seguir estudiando, aprender todo lo posible, incluso inglés. O cuando, al terminar las entrevistas en Kajapettai, nos sentamos para descansar antes de salir para Ramamoorthi Nagar (el suburbio al que más cariño le tengo y uno de los de aspecto más pobre, porque casi todas las casas son de palma), todas a la puerta de una casa, bajo la sombra del alero y compartí un momento de cotidianidad con las trabajadoras y algunas de las beneficiarias, jugando con un niño pequeñito que se debatía entre el miedo y la curiosidad que le producía aquella tía tan rara de pelo y cara descoloridas.
Más tarde, en Ramamoorthi, un poco apuradas porque se nos acababa la luz (aquí anochece como a las 6.30), pude entrevistar a un chaval y una chavala de 14 años (Ramu y Lathu), nerviosos, pero orgullosos de contarnos lo mucho que habían mejorado gracias a las clases de apoyo, Lathu incluso ha sido la mejor de todo Tamil Nadu el año pasado, los planes y sueños que tienen para el futuro y lo contentos que están porque, ahora que han cumplido los 14, podrán integrarse en los clubs juveniles que se organizan en cada suburbio (y de los que ya os he hablado). Cuando nos marchamos, terminadas las entrevistas y con la noche ya cayendo sobre la ciudad, Ramu se levanta corriendo del grupo de estudio y viene hacia mí con la mano extendida diciendo “Nice to meet you”. Le respondo que el gusto es mío y le pido a Rebeca que les diga a él y a Lathu que sigan así, que son el futuro de la India. Y lo son.
Momento de una entrevista a una voluntaria sanitaria. Hacía tanto calor que hasta ella sudaba a mares.
El caso es que, como este año se va a dedicar al proyecto de Tiruchy, me ha tocado recoger el testigo de Tito y Marcos y ponerme a grabar imágenes de los suburbios, las actividades de la comunidad y una serie de entrevistas con personas que representen cada una de las actividades que se han desarrollado en el proyecto: clases de apoyo, alfabetización, grupos de ahorro, voluntariado sanitario y de género, programa de generación de ingresos… y, por supuesto, también al personal. Ayer estuve en dos suburbios, entrevistando a 5 personas y, aunque la mitad del tiempo no me enteraba mucho de lo que estaba pasando porque en la comunidad es raro encontrar un par de personas que chapurreen inglés, me lo pasé muy bien, porque hubo muchas risas y momentos muy bonitos, como por ejemplo cuando Ameetha Banu, una mujer con el pelo ya completamente blanco, me dijo casi con lágrimas en los ojos que le daba mucha pena que se acabara el proyecto porque para ella el personal de PDI era ya como de su familia y que los iba a echar mucho de menos. O también cuando Muthammal, que cuando empezó el proyecto no sabía ni escribir su nombre, nos contó que quería seguir estudiando, aprender todo lo posible, incluso inglés. O cuando, al terminar las entrevistas en Kajapettai, nos sentamos para descansar antes de salir para Ramamoorthi Nagar (el suburbio al que más cariño le tengo y uno de los de aspecto más pobre, porque casi todas las casas son de palma), todas a la puerta de una casa, bajo la sombra del alero y compartí un momento de cotidianidad con las trabajadoras y algunas de las beneficiarias, jugando con un niño pequeñito que se debatía entre el miedo y la curiosidad que le producía aquella tía tan rara de pelo y cara descoloridas.
El niño parece pensar: “De dónde ha salido esta paliducha y por qué dice cosas tan raras”.
Más tarde, en Ramamoorthi, un poco apuradas porque se nos acababa la luz (aquí anochece como a las 6.30), pude entrevistar a un chaval y una chavala de 14 años (Ramu y Lathu), nerviosos, pero orgullosos de contarnos lo mucho que habían mejorado gracias a las clases de apoyo, Lathu incluso ha sido la mejor de todo Tamil Nadu el año pasado, los planes y sueños que tienen para el futuro y lo contentos que están porque, ahora que han cumplido los 14, podrán integrarse en los clubs juveniles que se organizan en cada suburbio (y de los que ya os he hablado). Cuando nos marchamos, terminadas las entrevistas y con la noche ya cayendo sobre la ciudad, Ramu se levanta corriendo del grupo de estudio y viene hacia mí con la mano extendida diciendo “Nice to meet you”. Le respondo que el gusto es mío y le pido a Rebeca que les diga a él y a Lathu que sigan así, que son el futuro de la India. Y lo son.
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ResponderEliminarAlguien dijo, no recuerdo quién, que la educación era la forma más eficaz, si no la única, de romper el círculo vicioso de la pobreza. Teneis que estar muy orgullosas de estar contribuyendo a ello.
Me ha encantado tu crónica, ¡ah! y estás muy linda de azul.
Un beso muy grande
marisa
Con buenos ojos que usted me mira :-) Por otra parte, no se como vas a saber si estoy guapa, si no se me ve la cara!
ResponderEliminarBlanca
no se te ve la cara, pero se te intuye!!!
ResponderEliminarjajajajajajajaja
60.000 €??? eso esta tirado hombre, si eso no es nada ;)
un besoooooooooooooooooooooooooooo
Cris
Hola para contactar contigo lo más rápidamente posible como tenemos que hacer?
ResponderEliminarLo más rápido es un DM en Twitter. (@bandarrita)
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