viernes, 13 de agosto de 2004

Adios, Vigo

Pues nada, al fin ha llegado el momento: dentro de 9 horas estaré subiendo al avión. Bueno, al avión para Madrid, porque el de la India me sale mañana sábado a las 6.20 de la mañana. ¡Menudo madrugón me espera!

Ayer ya estaba algo nerviosa, pero hoy tengo un gusanillo comiéndome el estómago que no me deja. No sé si será eso o el hambre, que no he desayunado.

Creo que lo que más me preocupa es el calor y no ser capaz de seguir el ritmo de María.

El miércoles fui a una farmacia a preguntar si tenían algo para subir la tensión y parece ser que eso no existe. Tendré que beber té... También estuve mirando las temperaturas de Madrás y Tiruchy y parece ser que las máximas andan por los 36 grados, pero con una sensación térmica bastante más alta.

Lo del ritmo de María no parece que tenga mucha solución. Ayer me comentó que se levanta a las seis de la mañana. No sé de qué me asombro, si va a clases de baile tradicional de 7 a 9... Espero no quedar de vaca dormilona si no me levanto hasta las 8.30...

En fin, ya se verá cuando esté allí. Ahora mismo, mi principal preocupación es que no me pierdan la maleta. Ya he metido las cosas imprescindibles en la bolsa de cabina, pero después de mi última experiencia maletil la verdad es que estoy bastante agobiada con el tema. Al menos esta vez no cometeré la estupidez de facturar un equipaje sin identificación.

Y nada más por ahora. Me quedan pocas horas y tengo que terminar de maquetar La linterna. La próxima desde Tiruchy, si no me derrito.

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